
Cuando mis amigos me cuentan de sus aventuras amorosas (lease cosas cotidianas de pareja o aventuras sexuales) mis pensamientos se dividen en dos mitades, por ende, dos yo:
Mi yo malo (ácido, cínico) que se ríe
Mi yo bueno (tierno, romántico) que se muere de envidia. Cierro los ojos como callando mis pensamientos y sigo la conversación.
A mí me pasa lo mismo.
ResponderEliminarEstá piola el blog. Si te parece bien, lo agrego a mi lista.
M
.chú!!!.
ResponderEliminaresas
ResponderEliminarcosas que se disumulan
y uno cree hacer bien
como tejer
anhelos