
Hubo un día
que duro mil quinientas
y nadie lo controlo
nadie le impidió que me vuelva loco
me acaricio el pelo
mientras me consumía con sus ojos
me llene de colores
de alucinaciones
y de paso me enamore
de sus dedos finos
de sus piernas largas
de sus ojos café
de su modo de ver la vida
y de todo lo que guardaba abajo de su ropa
qué cute.
ResponderEliminarvoy a considerar tu propuesta (el tema es que ando corta de plata) pero vemos.
y sí supongo que es cierto, a veces es más fácil con alguien al lado.
un beso, campeón :)