Con el tiempo nos convertimos en dos personas de hojalata, que se usan por la necesidad de no estar solos, no nos entiendo, no se si quiero hacerlo. Pero que distintas son las mañanas cuando no nos une nada. Mira por la ventana, intenta encontrarme, soy el mismo que vos no
recordas, ese que se
escondía de todo lo que le hacia mal, incluso del nosotros.
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