A lo lejos podemos ver algunas personas, caminamos solos, a oscuras por una calle muy chiquita, estamos por Villa Urquiza. Vos venís hablando, moviendo las manos como si nada, como si quisieras dibujar en el aire formas. Yo vengo pensando en lo que decís, las manos en los bolsillos, el pantalón me incomoda me queda grande, el pelo se me viene a la cara, me molesta. En realidad no pienso en lo que decís, solo estoy esperando el momento para besarte, por fin llega el momento, te agarro la mano, te llevo hacia mi, venís, pero tu boca se esconde en mi hombro, se aloja ahí como si nada, yo quedo ahí completamente desolado, si entender por que. Hasta que vos decís ¿no se puede ser amigos?, lo pienso un segundo y la única respuesta que encuentro es un rotundo no. Desde ese momento hasta que llegamos a la parada del 168 no dije nada, vos seguías hablando como si nada hubiera pasado, tal ves para que no me sienta tan mal. Pero si me siento tan tan mal. No no se puede ser amigos digo cuando te subís al colectivo, vos ya no me escuchas mas.
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