martes, 25 de junio de 2013

Silvia Prieto


Eran las vacaciones de verano del 1998/99 no me acuerdo bien, pero estábamos con mi familia en Santa Teresita, siempre veraneábamos en el balneario siguiente, porque era más barato, pero algunas noches, nos dábamos una vuelta por ahí. Esa noche de calor, caminábamos por la peatonal, y vi una librería pequeña, casi escondida de la multitud (era Marzo, la multitud no era tal), entre y chusmeando entre los libros, me encontré con este, que automáticamente llamo mi atención, creo que el hecho de que traiga un cd era lo que más me sorprendía, pero viéndolo me encuentro que habla del otro yo, por entonces una de mis bandas favoritas, entonces me decido a comprarlo, podría haberlo robado, ya que estaba en una mesa de saldos, y esta historia sería más jugosa, pero no, lo pague creo que 2$. Muy barato. Lo que primero me llamo la atención fue que hable de ellos, eso me cautivo, sentía que era para mi. Al otro día mientras me aburría en la playa, lo devore, lo leí dos veces seguidas, era atrapante, hipnótico. La escena de la banda, ya era una anécdota, quería ver esa película. La casa que alquilábamos no tenía videocasetera, tampoco TV, debía esperar a llegar a casa. Fue entonces que creo que decidí ser guionista, ahí leyendo ese libro que incluía
el guión de esa película tan extraña para mi. Era un ejercicio de extrañeza, muy distinto al cine que podía consumir por esa época. Pero lo más extraño llego cuando fui al videoclub lindero a mi casa y pregunte por la película. A lo cual la señora me respondió que no la conocía, pero luego de pensarlo un momento, me dice. ¨No la conozco, pero sabes que tenía una compañera de la secundaria que se llamaba Silvia Prieto¨. Y así como una suma de casualidades, aquí estoy, intentando escribir mis películas, y siempre lo tengo cerca mio, para acordarme de como era en esa época.

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