
Tenía un jeep
modelo 87,
amarillo,
tenía toda la vida para estrellarlo,
te tenía a vos,
teníamos todo el verano,
el amor,
las vacaciones,
la arena metida en las zapatillas,
teníamos sexo como locos,
reíamos como animales,
tus pechos eran mi lugar favorito para reposar,
a vos te gustaba como dormía,
boca arriba, boca abajo.
Las mañanas eran geniales,
no estábamos incómodos de caminar
desnudos por la casa,
no te molestaba mi pelo revuelto,
ni los enredos que se me hacían entre los rulos,
me sentía mejor persona con vos,
era un ser completo.
Vendí el jeep,
te deje,
me perdí.
Ya no hay donde dormir,
no hay por que dormir.
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