sábado, 28 de noviembre de 2009

Pat Morita


En uno de esos sueños que suelo tener en las siestas, caminaba por ninguna parte, como en cualquier sueño normal y se me acerca alguien y me señala con un dedo un espacio enorme que hay delante mio, a los lados nada y el espacio es infinito.
El viejo vestido de Kun fu me dice: Eso que ves ahí es tu vida, llenala de emociones, vos sos tu propia ola. Y desapareció como si nada, entre nubes de humo e incertidumbres.

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